Alissa Hawkind.

Cuenta la historia de un mago
que un día en su bosque encantado lloró.
Porque a pesar de su magia
no había podido encontrar el amor.

Caminaba por ese bosque, su bosque encantado, hasta llegar a un prado. Se sentía solo, muy solo, no sabía que hacer para tener esa tan ansiada compañía que quería, no podía estar cerca de nadie porque todos se alejaban de él por miedo, miedo a lo que les pudiera hacer.
Y es que en 1918, la magia no era algo común y corriente, más bien se pensaba que era cosa del diablo, algo completamente erróneo, porque si bien existen dos tipos de magia, la magia que él practicaba no era para nada oscura, más bien todo lo contrario, llena de luz. Pero las personas de esa época no lo entendían y preferían alejarse a estar cerca de él.
Por eso se encontraba solo, vagando por el bosque, y ayudando a los animales heridos que se encontraba en su camino. El tenía un alma bondadosa, incluso más bondadosa que ninguna otra, pero había un inconveniente, el no se veía así, el se veía de una manera diferente…
Un monstruo.
Que equivocado estaba! El no era para nada un monstruo, todo lo contrario. Pero él no quería creerlo, prefería sumergirse en la pena a resurgir y aceptar la verdad.
Una lágrima se deslizó involuntariamente por su mejilla, no se había dado cuenta que estaba llorando y es que pensaba, pensaba que no tenía sentimientos, había leído de ellos, escuchado sobre ellos de boca de otros, pero nunca los había sentido por si mismo. Pensaba que nunca tendría la oportunidad de hacerlo.


La luna, su única amiga
le daba fuerzas para soportar
todo el dolor que sentía
por culpa de su tan larga soledad.


Estaba cansado, cansado de la soledad, cansado de su vida, cansado de todo, la luna era su única confidente, aquella que lo acompañaba en sus noches de tristeza y oscuridad infinita, era el único momento en el que no se sentía solo, porque la tenía a ella con él, a su amiga, su confidente. La Luna.
Quería darle fin a esto, darle fin a su soledad, ya que estaba solo cuando la luna no estaba, deseó con todas sus fuerzas que el día de su muerte llegara pronto, pero sabía con todo certeza que eso no pasaría. Dejó escapar de sus labios una áspera risa sin un ápice de alegría al recordar que él era…Inmortal.
La vida está llena de ironías, él sabía que muchos hombres darían lo que fuera con tal de estar en la misma posición de él, con tal de ser inmortales, y el sabia que daría lo que fuera por ser uno de ellos, por dejar de ser inmortal para ser…Humano.

Es que él sabía muy bien que en su existir
nunca debía salir de su destino.
Si alguien te tiene que amar, ya lo sabrás
sólo tendrás que saber reconocerlo.


Él quería conocer el Amor, de todos era el único sentimiento que quería conocer, pero otra de las cosas de las que estaba ciertamente seguro, era que eso nunca pasaría, lo que no sabía era que estaba total y rotundamente equivocado. Fue en una tarde que el mago paseando en el bosque la vista cruzócon la más dulce miradaque en toda su vida jamás conoció. Uno de los tantos días de soledad, paseando por él bosque, escuchó un ruido proveniente de cerca de donde estaba, pensó que se trataba de un animal herido, asi que aceleró el paso para ir a ayudarlo, cual sería su sorpresa que al acercarse más chocó su mirada verde esmeralda con una marrón, los ojos más hermosos que había visto en su condenada existencia, y es que parecían un mar, un mar que lo invitaban a sumergirse en sus aguas y él, no iba a rechazar su invitación. Se miraron por lo que pareció ser un largo rato o bien podrían haber sido segundos, no estaba del todo seguro, lo único que quería era conocer quién era esa misteriosa y sobretodo hermosa mujer que le devolvía la mirada.

-Quién eres? –preguntó suavemente, sin dejar de mirar sus ojos.

-Me llamo Isabella.-respondió ella con la que él pensaba era la voz más dulce que había oído. -Y tú?

-Mi nombre es Edward.-respondió él, a lo que ella sonrió, dejándolo a él sin respiración y momentáneamente deslumbrado.

-Un placer conocerte, Edward.

-El placer es mío.-respondió él, saliendo de su letargo y esbozándole una sonrisa, sólo para ella.

Se volvieron a mirar a los ojos, y empezaron a caminar hacia el otro, como atraídos por una fuerza mágicamente misteriosa, él tomó su mano y una corriente eléctrica los envolvió a ambos. La piel de ella era suave y tersa al tacto, la piel más suave que él había tocado. Pero, inesperadamente, el sol salió detrás de una nube, iluminando con su luz el lugar en el que estaban ambos.En el mismo instante en el que la luz del sol tocó la piel de ella, ésta empezó a brillar, como si estuviera recubierta por diamantes, arrancándole a su piel una inmensa gama de colores, de las que el arco iris estaría celoso.

El la miró con los ojos abiertos por la impresión, ella le devolvió la mirada, impasible.

-Eres una…-susurró el, mirándola.

-Soy un Hada.-dijo mirándolo.

-Y yo soy un Mago.


Desde ese mismo momento el hada y el mago quisieron estar

solos los dos en el bosque amándose siempre y en todo lugar.


Esta vez fue el turno de ella de abrir los ojos, impresionada. El acarició su mejilla con una de sus manos, sin poder contenerse, ella lo miró con los ojos brillantes, adivinando lo que el haría a continuación. El miró a sus labios, labios rojos y que se veían tan suaves, invitándolo a tocarlos, a sentirlos, él no rechazó esa invitación. Al instante en que sus labios tocaron los de ella, una gama de emociones lo golpeó, haciendo que sus piernas tambalearan…

Pasión, Deseo…Amor.


Al mismo tiempo que esas emociones lo golpearon, buscó profundizar el beso y sintió gozo cuando sintió que ella le correspondía, aventuró sus manos, acariciándola lentamente hasta llegar a su cintura, la cual tomó posesivamente, atrayéndola más hacia él, profundizando el beso cada vez más, subía y bajaba las manos por su espalda, regalándole suaves caricias, a las que ella correspondía acariciándole el cuello. No lo soportaba más, la deseaba, más de lo que había deseado a nadie, y quería que fuera suya en ese mismo momento. Así que puso ambas manos en su cintura, metiendo las manos entre su blusa, buscando quitársela. Ella sabiendo lo que él iba a hacer subió sus manos, permitiéndole que le quitara su blusa, el rápidamente se la quitó.Y así estuvieron quitándose la ropa lentamente, jugando con sus cuerpos, besándose, acariciándose, sintiendo sus cuerpos encajando perfectamente, como las piezas de un mismo puzzle, como si estuvieran destinados. Se amaron toda la noche, tocando el cielo, juntos.


Y el mal que siempre existió, no soportó
ver tanta felicidad entre dos seres.
Y con su odio atacó, hasta que el hada cayó
en ese sueño fatal de no sentir.


Pasaron todo el tiempo juntos, amándose en todo lugar mientras se susurraban al oído palabras de amor, promesas felices de estar juntos el resto de sus existencias, porque ambos eran inmortales, y ahora ninguno de los dos se sentía solo, estaban felices porque compartirían juntos toda la eternidad. Pero su felicidad no duró mucho, ella sintió un agudo dolor en el pecho, quedándose sin respiración, el sólo observaba desesperado, sin saber que hacer, esto era una magia poderosa, magia que él no poseía ni nunca se había atrevido a poseer, magia oscura.
Ella cerró sus ojos, cayendo en un profundo sueño, donde no sentía más dolor, sumergiéndose en sueños con el mago, con su mago.


En su castillo pasaba
las noches el mago buscando el poder
que devolviera a su hada,
su amor, su mirada tan dulce de ayer.


Noche tras noche pasaba el mago en su castillo, buscando la cura, el hechizo que le devolviera a su hada junto a él. Había probado todo lo que sabía, ninguno de sus hechizos funcionaba, pero el no se daba por vencido seguía buscando sin descanso, esperando con ansias el día en que ella volviera a estar junto a él. Y no paró desde entoncesbuscando la forma de recuperara la mujer que aquel día,en medio del bosque por fin pudo amar. Por fin había conocido el amor, junto a esa hada, su maravillosa hada. La esperaría todo el tiempo que fuera necesario, sacaría fuerzas de donde fuera para soportar junto a ella ese conjuro, besó sus labios suavemente y tomando su mano se acostó junto a ella, miró su hermoso rostro de nuevo antes de cerrar sus ojos y con un hechizo sumergirse en un profundo sueño. Porque no le importaba si llegaba a su fin, lo único que importaba era que estaba al lado de su amada hada, el hada que le había mostrado la felicidad, que le había enseñado el Amor. Sabía que sin importar las circunstancias, que estando a su lado, todo iría bien.


Y hoy sabe qué es el amor, y que tendrá fuerzas para soportar aquel conjuro.

Sabe que un día verá su dulce hada llegar
y para siempre con él se quedará.

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Tarachán :) que les ha parecido? Este lo escribí hace un tiempito ya, lo subí a Fanfiction, y había olvidado subirlo aquí :P

Siento el hecho de que no haya subido nada aquí últimamente, es que he estado algo baja de inspiración, no sé porqué, pero se me ha hecho difícil escribir...tengo montones de ideas en la mente, pero cuando abro Word para escribir me quedo en blanco, a lo mejor es que mi inspi está bloqueada :( pero ya se me pasará :)

Espero hayan disfrutado esta lectura...

Sugerencias o Críticas? Por aquí abajo sale algo que dice "Comentar" pueden dejar su opinión allí y yo la leeré gustosa :)

No se olviden de pasar por estos sitios...

http://lasfloresdelavida.blogspot.com/ Las Flores de la vida - Fran Cullen Black.

http://diariodeunenemigo.blogspot.com/ Diario de Un Enemigo - Dramione Lupin Perver.


Besos a Todos y gracias de antemano :)

Fran.


P.S: La imagen fué hecha por HELLdivo en Deviantart, para ver más de su trabajo pueden visitar aquí: http://helldivo.deviantart.com/ :)
Alissa Hawkind.
Hermione POV.
Nervios, sí, nervios, esa era la emoción prevalente en ese momento. Quién iba a imaginar que ella, Hermione Granger acabaría con nada más y nada menos que Draco Malfoy en la Sala de Los Menesteres, haciendo no precisamente el trabajo de Pociones que se supone que deberían hacer. Los labios de Draco empezaron a recorrer suavemente su cuello, en una lenta y torturadora caricia, cerró los ojos ante la sensación, llevando la cabeza hacia atrás dándole a Draco acceso completo a su cuello, él esbozó una sonrisa y empezó a besar en un punto sensible bajo su oreja, las sensaciones que ella sentía en ese momento eran indescriptibles, sentía Pasión, Deseo, Lujuria, pero sobre todo sentía Amor…
Si, ella, Hermione Granger estaba perdidamente enamorada de Draco Malfoy.
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Draco POV.
En una sola palabra, Hermosa.
Hermione Granger era hermosa en toda la extensión de la palabra y estaba allí para él, sólo para él, no pudo evitar dirigir los labios a su cuello, acariciando lentamente, se dio cuenta como ella cerraba sus ojos y echaba la cabeza hacia atrás dándole un mejor acceso, no pudo evitar sonreír ante ese gesto. Empezó a besar su cuello, subiendo hasta un punto sensible bajo su oreja, besando y lamiendo, se regocijó al escuchar que un gemido escapaba involuntariamente de los labios de ella.
-Draco…-gimió su nombre.
Multitud de sensaciones pasaban fugazmente por el cuerpo de Draco, acarició las mejillas de ella con sus manos, mientras escapaba un suspiro de sus labios, aún estaba con los ojos cerrados, disfrutando las sensaciones que él le causaba.
-Mírame.-dijo Draco.-Quiero que me mires…
Ella enseguida abrió los ojos y lo miró, Draco sintió hundirse en ese brillante mar chocolate y en ese instante descubrió la verdad…
Él, Draco Malfoy, estaba perdidamente enamorado de Hermione Granger.
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Hermione POV.
-Mírame.-dijo él, mientras acariciaba sus mejillas y ella dejaba escapar un suspiro de sus labios.-Quiero que me mires.
Enseguida le hizo caso, ahora sabía que haría cualquier cosa que él pidiera y que estuviera al alcance de sus manos, así que los abrió y miró que los ojos plateados de él la miraban fijamente. Sintió hundirse en esos ojos, ojos que la habían cautivado desde la primera vez que se fijó en ellos, cada vez que él la miraba o le dirigía la palabra así fuera para insultarla, ella se sumergía calladamente en esos ojos, dolían todos y cada uno de los insultos que él le dirigía pero ella se cegaba con esos cautivadores ojos. Masoquista? Tal vez sí lo era pero francamente eso no le importaba, estaba con él, con Draco Malfoy el chico que había amado secretamente desde hacía tanto tiempo y no dejaría que nadie le arrebatara ese momento, planeaba disfrutar cada segundo que estuviera con él y así, tal vez, confesarle lo que sentía. Sonrió mientras llegaba a esa decisión.
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Draco POV.
Lentamente subió por su cuello, dando pequeños besos y ocasionales mordidas, provocando que estremecimientos e involuntarios gemidos de placer escaparan de entre los labios de la Gryffindor que se encontraba bajo su cuerpo, besó hasta llegar a la línea de la barbilla y subiendo un poco más, hasta llegar a sus labios… Labios rojos de los cuáles, si fuera por él, nunca dejaría de besar. Besó y mordió su labio inferior mientras ella entreabría los labios, dándole acceso completo a la lengua de Draco. Él se regocijó ante esto, introduciendo su lengua entre los labios entreabiertos de la castaña, al instante en que sus lenguas se tocaron, un gemido de placer se escapó de la boca de ambos y empezó la pelea…
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Sus lenguas danzaban ejecutando un baile perfectamente sincronizado, a la vez que cada uno peleaba por dominación, ninguno quería perder la batalla en la que ambos, sin saberlo, resultarían ganadores.
Hermione, dejándose llevar por las sensaciones que le producían los besos de el rubio encima de su cuerpo, aventuró sus manos, enredándolas en el cuello de Draco y sumergiendo sus dedos en su suave cabello rubio platinado, jaló un poco un mechón de cabello, recibiendo un gruñido de respuesta de parte del Slytherin y que sus besos fueran más fieros, revelando la pasión, la lujuria y el deseo que sentía de entregarse a sus instintos más carnales en ese momento.
Se dejó llevar por sus besos, bajando sus manos hasta toparse con su corbata verde y plateada, se la quitó, sin separarse de sus labios ni un solo instante, topándose con los botones de su camisa blanca con el emblema de la serpiente, empezó a desabotonarle uno a uno los botones de la camisa, mientras el beso disminuía su fogosidad y pasaba de ser una lucha de lenguas a un beso suave y tierno, casi tan lento como una caricia.
Hermione terminó de desabrochar los botones de la camisa de Draco, separaron sus bocas por un momento y Draco se la quitó. Lo que vió ella en ese momento la dejó estupefacta. Su abdomen estaba marcado, fruto de las intensas prácticas de quidditch, aventuró una de sus manos por su pecho mientras él dejaba escapar un suspiro por entre sus labios. Draco se inclinó y atrapó sus labios, volviendo a besarla, como si la vida se le fuera en ello, Hermione lo tomó de los brazos y él comprendió, así que se movió, quedando él recostado de espaldas y ella sentada sobre él. Hermione empezó a desabrochar lentamente los botones de su camisa, mientras él la miraba atentamente…
-Puedo?-preguntó él, haciendo un gesto y señalando a su camisa entreabierta.
-Por supuesto que puedes…-dijo Hermione mientras Draco retomaba la tarea donde ella la había dejado.
El terminó de abrir los botones de su camisa y se la quitó despacio, mirándola atentamente.
-Eres hermosa.-susurró, mientras volvía a besarla con ternura, pero a la vez con pasión.
Hermione no decía nada, su mente estaba desconectada, estaba entregada completamente a las sensaciones que le producía el rubio, su rubio…un momento, acababa de pensar en Malfoy, en Draco-yo-soy-el-rey-del-mundo-Malfoy? Dejó de corresponderle sus besos, y Draco percatándose de eso, se detuvo y la miró interrogativamente.
-Que pasa, Hermione?
Oh Merlín…ha dicho Hermione? Su nombre sale de sus labios, deslizándose hasta sus oídos como una lenta y torturadora caricia…
-Que soy yo para ti, Draco?-preguntó ella mirándole a los ojos, un brillo que no supo reconocer se posó en los ojos de él.
-Como has dicho?
-Lo que has oído…Que soy yo para ti?
Por un momento Draco sintió miedo, nunca iba a admitir que precisamente él había sentido miedo, la verdad es que sentía miedo de confesar sus sentimientos, tampoco sabía como hacerlo, toda su vida lo habían educado en las bases de la perfección, apariencias y conveniencia, nunca sus padres le hablaron sobre el amor y ya que hablamos de eso él nunca se había enamorado de nadie…hasta ahora.
La razón principal de su miedo era que ella no le correspondiera, la hermosa mujer acostada debajo de él, que en ese momento lo miraba con una expresión en su cara que él no pudo descifrar. La miró altivamente y ella al instante pensó que iba a ser rechazada que él le diría que ella sólo era un capricho, algo de una sola noche y nada más…una lagrima se deslizó por su mejilla sin que ella pudiera detenerla, en el rostro de él se presentó una expresión preocupada y besando la lágrima que se deslizaba perezosamente por su mejilla, él preguntó:
-Porque lloras, Hermione?
Ella no respondió, cerró los ojos y más lágrimas cayeron de sus ojos, caían y se deslizaban inconteniblemente por sus mejillas, lágrimas que él se ocupó de apartar con sus besos.
-No me dirás porque lloras?-susurró a su oído, suavemente, para luego acariciar su cuello con sus labios.
-No contestaste mi pregunta inicial, así que no tengo porqué contestarte Draco.-contestó ella, hipando y limpiándose las lágrimas con su mano derecha.
Draco, enfadado de repente, se bajó de su regazo, la tomó por los hombros obligándola a sentarse y la miró con sus ojos gris acero, como si la traspasara con su mirada.
-Quieres saber lo que significas para mí Hermione? De verdad lo quieres saber?-la miró fijamente, apretando sus hombros.
Ella asintió y el apretó sus hombros con más fuerza.
-Draco, me haces daño-gimió ella por el dolor causado en sus hombros.
-Joder, Hermione! No ves que estoy enamorado de ti? No lo ves? No puedo creer que siendo, supuestamente, la bruja más inteligente de todo Hogwarts, no te hayas fijado que yo me enamoré de ti?-la miró, con una chispa en sus ojos, chispa que Hermione identificó, esa misma chispa que veía en los ojos de Ron cuando hablaba con Lavender, la misma chispa que veía en los ojos de Harry y Pansy cada vez que pensaban el uno en el otro y cada vez que estaban juntos…en ese mismo instante lo comprendió, no supo explicarse cómo Draco Malfoy terminó enamorándose de la sabelotodo insufrible que por tantos años había odiado, Hermione Granger, era simplemente una locura!.Pero recordó la frase que una vez hacía mucho tiempo, su madre le había dicho mientras conversaban una de muchas tardes que pasaron hablando de varias cosas: “El Amor es Ciego, hija, y la Locura siempre lo acompaña”.
Draco no sabía ya qué hacer, le había confesado su amor y ella estaba allí, estática y mirando sin mirar. Estaba considerando seriamente sacudirla o hechizarla, lo que fuera más efectivo ya que se estaba muriendo de ansiedad de escuchar a la castaña responder a su declaración. Repentinamente ella le sonrió ampliamente, lo tomó de los hombros y lo besó de una forma que no lo había besado anteriormente…reconoció en ese beso pasión, ternura, alegría y lo más importante de todo, reconoció amor en ese beso.

Y ahí fue que se dio cuenta que ella lo amaba a él.

Retomaron las cosas donde las habían dejado hace no menos de cinco minutos, siguieron besándose mientras las manos de Hermione viajaban por el pecho de Draco, explorando y acariciando sintiendo cada músculo del torso de Draco, y sintiéndolo como suyo.
Mientras tanto, Draco se dejaba llevar por sus besos, acariciando su cabello, cuello y hombros, bajando poco a poco hasta el broche de su sostén, se separó por un momento de sus labios y la miró a los ojos, pidiéndole permiso, a lo que ella asintió, desabrochó su sostén, lentamente acarició su espalda, hasta sus hombros donde bajó suavemente sus tiros y le quitó el sostén.
Y se quedó allí observándola sin moverse, mientras ella se sonrojaba un poco más con cada segundo que pasaba, él la miró a los ojos y la recostó en la cama, besando su cuello, dejando que su boca bajara hasta sus pechos, donde besó y lamió recibiendo gemidos incontrolables que salían de la boca de la castaña mientras una de las manos de ella acariciaba su cabello, decidió probar algo así que dio una pequeña mordida a uno de sus pechos provocando que Hermione gritara y le jalara un mechón de su cabello.
-Que se supone que fue eso, Draco?-preguntó Hermione, entrecortadamente.
-Nada, sólo quería experimentar un poco.-dijo sonriéndole y mirándola con esos ojos que en esos momentos parecían de acero líquido.
No dejó que le siguiera respondiendo porque siguió besando y lamiendo a lo largo de todo su torso, llegó hasta su falda y empezó a bajarla lentamente, repartiendo besos por donde sus manos pasaban. Al fin le quitó la falda y la admiró repitiéndose en su mente una vez más, lo hermosa que era, ella le sonrió y él no pudo resistirse, algo parecido a un gruñido salió de su garganta, se acostó encima de ella y le atacó su boca con toda la fuerza que tenía, besando y mordiendo todo a su paso, ella dejó que sus manos viajaran una y otra vez por su pecho, llegó hasta sus pantalones y desató el cinturón, desabrochó el botón y en un rápido movimiento del que él no fue consciente, le quitó los pantalones y los arrojó al otro lado de la habitación. Continuaron besándose mientras él le quitaba la ropa interior a la vez que ella quitaba la de él, separaron sus labios por un momento, para recuperar la respiración, mientras él preguntaba:
-Estás segura de esto, Hermione?
Ella acarició su mejilla de forma suave, mirándolo a los ojos tiernamente y diciéndole:
-Absolutamente, Draco.-susurró en su oído-confío en ti.
Esas palabras bastaron para Draco, que volvió a besarla de forma tierna esta vez mientras iba introduciéndose en ella, lentamente, cuando se topó con la barrera de la virginidad, se detuvo y empezó a besarla en el cuello, distrayéndola un poco del dolor que sabía iba a sentir cuando la traspasara.
-Hazlo, Draco.-susurró ella.
Draco le hizo caso y con un rápido movimiento la traspasó, ella dejó escapar un grito de dolor y él instantáneamente dejó de moverse para que ella se fuera acostumbrando a él. Se encargó de alejar sus lágrimas con sus besos y susurrándole palabras de aliento y varios te amo…Después de unos momentos ella movió las caderas, indicándole que ya estaba bien, que podía seguir adelante y él así lo hizo.
Empezaron una danza sincronizada, pronto los gemidos de dolor que salían de los labios de Hermione se convirtieron en gemidos de placer al sentir a Draco dentro de ella, mientras la besaba en sus labios, en su cuello, en sus pechos, mientras se besaban, se lamían y se mordían. Unos cuantos gemidos salieron de la boca de Draco al sentir los labios de Hermione sobre sus labios, en sus mejillas, en su cuello, mordiendo un punto debajo de su oreja que lo hizo ronronear, Hermione rió ante esto y volvió a gemir cuando sintió que Draco golpeaba un punto dentro de ella. Sus manos se deslizaron por la fuerte espalda de él mientras incrementaban el ritmo, después de unas cuantas embestidas más y con un grito de parte de los dos, alcanzaron el máximo placer, juntos.
Draco salió de ella y se acostó a su lado, ambos respirando entrecortadamente.
-Leona…
-Sí?-dijo Hermione riendo ante el apodo que había escogido para ella.
Sus ojos gris acero miraron los ojos castaños de ella, él frunció el entrecejo mientras ella lo miraba interrogativamente:
-Eres mía y de nadie más, de ahora en adelante sólo estarás conmigo.-dijo posesivamente y tomándola del brazo, atrayéndola más hacia él. Ella lo miró con una ceja levantada, dispuesta a replicarle, pero en seguida cayó en cuenta de que esa era su forma de decirle que la quería, la quería a ella y a nadie más. Sonrió comprendiendo mientras una idea se formaba en su mente y enseguida la puso en práctica.
Se movió rápidamente y se colocó encima de él, lo besó en los labios primero de forma suave, se dejaron llevar y se transformó en un beso pasional, las manos del rubio viajaron por la espalda de la castaña, acariciando y apretando, mientras la boca de ella se deslizaba hasta su cuello, lo besó por un largo rato y luego, repentinamente lo mordió, ganándose un gemido ahogado de parte de Draco.
-Que fue eso, Hermione? De seguro me dejaste una marca…-dijo tocándose donde ella lo había mordido.
Ella sonrió y por toda respuesta dijo:
-Eres mío, Dragón.
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N/A: Taratacháaaaaaan, eso es todo amigos =)! Mi primer Lemon xD!, antes de despedirme, aclaro unas cosas: Para los que se quedaron con cara de o.O al ver que una de las parejas era Harry/Pansy les daré una sencilla respuesta: Detesto a Ginny =) así que, pensé que Pansy sería una pareja interesante para Harry, tengo algunas ideas en mente para escribir algo sobre ello, será o no será Lemon, que me dicen ustedes?
Alissa Hawkind.


Draco POV.

Jodidas hormonas.
Si, definitivamente esa era la única explicación a su comportamiento porque de que otra manera estaría viendo a Hermione Granger con esa cara de embobado?
Sacudió la cabeza con una expresión de perplejidad, mientras Pansy lo miraba con una expresión curiosa en su cara, como si supiera lo que estuviera pensando.
-Draco, que te pasa? -le preguntó ella mientras él le devolvía la mirada con el entrecejo fruncido.
-No me pasa absolutamente nada, Pansy. Déjame en paz.- replicó Draco, molesto de repente.
-No es necesario que me contestes así, Draco.-dijo ella fríamente mientras se alejaba.
-Pansy, disculpa es que tengo la cabeza en otro sitio...-dijo él, y dejó que su voz cayera a algo menos que un susurro cuando se dio cuenta de las palabras que había dicho.
Ella lo miró fijamente con una ceja alzada en señal de pregunta.
Un Malfoy, disculpándose? Mejor dicho, Draco Malfoy, disculpándose? Eso era algo que no se veía todos los días.
-Draco, se puede saber qué te pasa?
-Nada Pansy, absolutamente nada.-dijo con aire distraído mientras la imagen de cierta chica de cabellos enmarañados se colaba en su mente.

Clase de Pociones, Viernes 5 pm.

Hermione POV.

Se dirigía a clase de Pociones, afortunadamente la última clase de ese día, se notaba un poco cansada y el hecho de que Pociones con Snape fuera la última clase del día (y de la semana) no mejoraba en nada su perspectiva de cansancio.
Hizo la habitual fila frente al aula de Pociones, en el medio de sus dos mejores amigos, Harry y Ron, pensar en ellos siempre la hacía sonreír, era muy afortunada de tener unos amigos como ellos aunque a veces la sacaran de sus casillas, recordó los momentos que había pasado en compañía de ellos y una pequeña carcajada se escapó de entre sus labios, lo que provocó que Harry y Ron la vieran interrogativamente. Ella solo negó con la cabeza, mientras les sonreía sin percatarse de que cierto rubio de ojos grises la observaba atentamente, con una curiosa expresión en su rostro.

Pansy POV.

“Un momento… Será verdad lo que ven mis ojos? Draco mirando a Granger? Y de esa manera? Mmm, aquí hay algo, gato encerrado, y si… No, no lo creo, Draco no sería capaz! Aunque, pensándolo bien, es la única explicación lógica al comportamiento de Draco de los últimos días…Le daré un empujoncito a mi amigo, tiene que darse cuenta!” Pensaba mientras sonreía, preguntándose cuando sería el momento indicado.


Draco POV.

Ver esa sonrisa en el rostro de ella lo hizo pensar que su sonrisa era la más hermosa que habia visto en su vida y su risa, oh su risa! parecía el tañir de las campanas en verano...pero qué demonios estaba diciendo? que eran toda esa clase de cursilerías que pasaban por su mente al mirar a esa...a esa...perfecto, ahora ni siquiera podía ni pensar en el insulto que le había dicho a ella a lo largo de la vida de ambos, desde que se habían conocido...ambos, que bonito sonaba..."Deja de pensar tonterías, Draco, tu y ella son enemigos y no hay nada que pueda cambiarlo" se reprendió mentalmente mientras a su cara asomaba una mueca de insatisfacción. Pansy le observaba atentamente, notando todos tus cambios de humor y hacia donde se dirigían inconscientemente sus miradas, sonrió dándose cuenta de lo que le pasaba a su amigo.
Hora de entrar al aula de pociones, soltando un suspiro de aburrimiento, Draco entró a la mazmorra, seguido de los demás Slytherins y algunos Gryffindors rezagados. La clase dió comienzo casi inmediatamente, y Snape habló:
-Hoy trabajaremos por parejas.-dijo con su conocidamente amarga voz carente de emoción-Weasley, haga el favor de ponerse con la señorita Parkinson...
Ver la cara que puso Pansy ante la mención de su nombre junto al de la Comadreja fue impagable, este abrió la boca para lanzarle una réplica al profesor, pero este dijo:
-Y no quiero quejas, Weasley, vaya con Parkinson.
Pansy apretó los dientes de pura rabia contenida, mientras la comadreja recogía sus cosas y se colocaba en el asiento vacío al lado de Pansy, esta se había movido rápidamente a otra mesa y evitaba por todos los medios ver la cara de Weasley, alzaba la barbilla dignamente mientras Draco soltaba risitas entre sus dientes al ver la incomodidad de su amiga.
-Potter, con Nott.
Ambos apretaron los labios y fruncían el entrecejo, no se dirigieron la palabra.
-Granger...con Malfoy.
Al instante la sonrisa de Draco cayo y fue sustituída por un gruñido, ella no dijo nada mientras se dirigía a la mesa que debían compartir, se sentó tranquilamente a su lado, sin dar muestras de incomodidad ante el hecho de que le tocaba hacer pareja con Draco Malfoy, mas bien aparentaba que le parecía divertido.
Luego de que todas las parejas hubieron sido asignadas, Snape les ordenó que empezaran a trabajar en la Poción Veritaserum, las manos de Hermione se movían con experiencia, cortando los ingredientes necesarios para la poción y checando pocas veces su libro de pociones para ver las instrucciones, él, como no quería quedarse atrás, puso manos a la obra. Pasaron varios minutos trabajando en silencio, hasta que una risita proveniente del asiento a su lado, lo hizo voltearse a la fuente del ruido. Para su gran sorpresa, ella estaba soltando pequeñas risitas mientras cortaba los últimos ingredientes de la poción.
-Se puede saber qué es lo que te parece tan divertido, Granger?-pregunto Draco mirándola, perplejo.
-Nada, Malfoy -hizo énfasis en su apellido, sonriendo- sólo me parece divertido el hecho de que llevamos poco menos de 10 minutos aquí y tú ni siquiera te has molestado en insultarme.
-Y acaso prefieres que te insulte? -preguntó, viéndola fijamente, dirigiendo su vista a los labios "Concéntrate!" se reprendió mentalmente y la miró de nuevo a los ojos.
-Por supuesto que no.-dijo ella riendo.
-Entonces?
Ella no le respondió, solo se rio y empezó a tararear una canción desconocida para él. Siguieron trabajando en silencio mientras Malfoy le dirigía ocasionales miradas sin que ella se diera cuenta, miró, por ejemplo, que debajo de su uniforme se le marcaban unas pequeñas curvas, poco notables gracias a los uniformes anchos del colegio, pero que aun así estaban allí, Malfoy estaba poco menos que sorprendido por ese descubrimiento.
La campana sonó, dándole fin a la clase, y encima del barullo que provocaban todos, se escuchó la voz de Snape diciendo:
-Para la próxima clase quiero un pergamino entero con todo lo referente al Veritaserum.
Hermione miro a Draco después de recoger sus cosas y le dijo:
-Nos vemos en la Biblioteca a las 7:30, Draco.-le susurro Hermione sonriente, mientras él la miraba, estupefacto.
-Con que motivo?
-El trabajo de Pociones.-contestó ella de forma inocente, mientras se reunía con sus amigos, Potty y la Comadreja, como él los llamaba.
Draco salió del aula, siendo alcanzado por Pansy rápidamente.
-Que te dijo Granger hace un momento?
-Que nos encontráramos en la Biblioteca a las 7:30.
Ella solo le miró y esbozó una amplia sonrisa.

Biblioteca, 7:29 pm.

Draco POV.

Draco ya se encontraba en la biblioteca pensando en las palabras de despedida que le había dirigido Pansy:

FLASHBACK
“-Draco, tienes que contarme absolutamente todo, con lujo de detalles, si no, no te lo perdonaré.
-Pero que se supone que te voy a contar, Pansy? Solo vamos a hacer el trabajo de Pociones.
-Si claro el trabajo de Pociones.-dijo ella mientras lo apuraba diciéndole que se le iba a hacer tarde.
FIN FLASHBACK.

Así que allí se encontraba el, esperándole a ella, que cosas no? Él, Draco Malfoy esperándola a ella, Hermione Granger.
Se estaba empezando a impacientar, cuando a los pocos segundos escuchó unos pasos acercándose a él, era ella, que lucía su característica sonrisa, solo que esta vez era diferente...esta vez iba dirigida a él.
-Buenas noches, Draco.
-Buenas noches, Her...Un momento, desde cuando hay tanta confianza entre nosotros para que me llames Draco?
-Ese es tu nombre no?-dijo ella alzando una ceja.
-Sí, es mi nombre pero...
-Pero nada.-lo calló, con una sonrisa en sus labios, sonrisa que lo dejo embobado viendo como las comisuras de sus labios se arqueaban hacia arriba formando esa sonrisa tan perfecta.
-Entonces empezamos o no?-dijo ella mientras el carraspeaba y sacudía la cabeza de un lado a otro, reprimiendo el impulso que sentía de ir hacia ella y plantarle un beso para nada casto en los labios.
"Pero qué demonios se supone que estoy diciendo? Ni siquiera debería pensarlo!" se reprendió mentalmente, mientras ella lo observaba divertida y sacaba pluma y pergamino para empezar a trabajar.
A los pocos minutos de trabajar en silencio, la tinta se le acabo a Draco, su otro frasco estaba lejos del alcance de su mano, por lo que dijo, distraído:
-Me pasas ese frasco de tinta, Hermione?
-Por supuesto, Draco.
Ella le paso el frasco de tinta sonriente, mientras él se daba cuenta de que la habia llamado por su nombre de pila. Mas eso no le disgustaba en lo absoluto, más bien le gustaba que él la hubiera llamado por su nombre mientras que para él, escuchar su nombre pronunciado de los labios de ella era como una caricia para sus oídos.
Se miraron por un largo momento, el miraba el intenso marrón de los ojos de ella, marrón que denotaba calor mientras ella miraba sus ojos grises que no parecían fríos en lo absoluto. Vió como la mirada de él se detenía en sus labios y sonrió.
-Oh, qué demonios!-expreso Draco mientras se levantaba de su silla, fué hacia ella rápidamente, como si no pudiera esperar más y...la besó.
Un beso que empezó mas que todo como un roce de labios, nada en particular, pero que poco a poco se fue convirtiendo en algo más pasional, ambos cerraron los ojos ante la sensación, Draco tocó los labios de Hermione con su lengua, pidiendo permiso para entrar a su boca, ella le respondió entreabriendo sus labios y soltando un gemido en el instante en que sus lenguas entraron en contacto, empezaron un baile perfectamente sincronizado, como si hubieran estado hechos para eso. Un momento después, las manos de ella se dirigieron hacia el cuello de él y Draco estuvo a punto de perder el control, resistiendo el impulso de dejarse llevar por lo que sentía en ese momento, alguien los podía descubrir. Separó sus labios de los de ella para decir:
-Deberíamos ir a otro lugar...ya sabes…el trabajo de Pociones.
Ella rió y asintió mientras lo besaba.
-Conozco un lugar.-saco su varita e hizo desaparecer sus cosas.-Ven, sígueme.
Salieron de la biblioteca tomados de la mano, rápidamente y viendo a todos lados asegurándose de que nadie los viera, riendo todo el camino. Hermione se detuvo en el séptimo piso, frente a una puerta que él no había visto en su estancia en Hogwarts. Abrió la puerta y entraron a una sala, en el centro de esta había una cama, dos mesitas de noche a cada lado de esta y en la esquina de la habitación, un estante con varios libros de Pociones. Draco no pudo evitar reírse ante ello.
Sintió unas cálidas manos envolviendo su cintura, mientras ella susurraba en su oído:
-Donde nos habíamos quedado, Draco?
Se volteo quedando frente a ella, ambos sonreían, hasta que el reclamó sus labios. Empezaron a besarse con pasión, las manos de ella volaron hasta la corbata de Draco mientras el sonreía y la besaba, empujándola suavemente hacia el centro de la habitación.
Dándole comienzo a la que sería la mejor noche de sus vidas, y a algo más que sucedería a partir del día siguiente.
Quien diría que todo había comenzado con la rebelión de las hormonas y una pequeña sonrisa?

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N/A: Y que les ha parecido? Tenía esto dándome vueltas en la cabeza, me pareció perfecta la pareja de Draco y Hermione (Dramione) ya que a mi opinión su relación amor-odio es totalmente genial! A lo mejor escriba un Harry-Hermione (Harmony) pero NO escribiré un Ron-Hermione (Ronmione) no me gustan para nada...Bueno, espero les haya gustado y dejen su comentario diciendo que les ha parecido. Ahhh que casi se me olvidaba, esto tiene una continuación, algo que en Fanfiction se conoce como "Lemon" es decir, una escena con contenido no apto para menores de 13 años, la subiré en la siguiente actualización, que espero sea pronto, depende de como esté mi inspi, ya que no he escrito mucho para el nuevo capítulo de Las Flores de la Vida (enlace en la columna izquierda).
Créditos de la imagen de este cap a: Kaylann en www.deviantart.com ;)
No olviden de dejar su comentario con su opinión, Gracias.
Besos.
Alissa.
Alissa Hawkind.
A través del mar, del inmenso océano azul, hogar de pequeñas y grandes criaturas.
Criaturas mitológicas que se refugian en sus profundidades, huyendo de las garras de aquellos que, buscando reconocimiento, tratan de robar su hermosura, su libertad, sólo por unas cuantas monedas.
Hermoso océano azul, que con el sonido de sus aguas, lograba calmar al más incalmable. Sanador de heridas, curador de almas…
Océano que ese día, no era hermoso para ninguna de esas dos almas.
Se mostraba tormentoso, sus olas ya no demostraban tranquilidad, demostraban fiereza, su color no era azul, era negro, como la noche inmensa que se cernía en esa ciudad.
Océano, inmenso, y hermoso a la vez tormentoso, refugio de aquellos que escapaban de la tierra, para yacer en sus profundidades. Consuelo de aquellos afligidos que sólo buscaban paz.
Inmenso cielo que se reflejaba en las aguas claras de ese día. La luna, vanidosa luna, miraba su reflejo, se regodeaba de ser la más hermosa criatura de ese cielo.
Más no veía a las estrellas. Aquellos puntitos de luz que iluminaban todo a su alrededor y la hacían ver más hermosa de lo que ya era. Las estrellas amaban a la luna, esa ingrata luna que solo se daba cuenta de la belleza propia y no agradecía a la belleza de aquellas estrellas, que la rodeaban, contemplaban, alababan y exaltaban.
Aquella noche las estrellas, dándose cuenta de la ingratitud de esa hermosa luna, luna a la que amaban por sobre todas las cosas, le pidieron ayuda a sus amigas las nubes. Le pidieron que por favor, las ocultaran, para así darle una lección a tan vanidosa e ingrata Luna.
Las nubes accedieron gustosas al favor pedido por las estrellas, el viento las impulsó y taparon a las estrellas, dejando el cielo de color negro, solo tenuemente iluminado por la débil luz de la luna.
Ella, al ver su reflejo en las aguas, no se vió tan hermosa como siempre, miró a sus alrededores y notó que sus amigas las estrellas, aquellos puntitos de luz que la han acompañado por toda la eternidad, no estaban allí.
Asustada, preguntó a su amigo el viento, sus amigos los árboles, las olas del océano en el que vanidosamente contemplaba su reflejo, mas ninguno le daba respuesta.
Un débil susurro llegó a sus oídos, era su amigo el viento que le decía…
-Por qué tan triste, amiga Luna?-preguntó, susurrando seseantemente.
-Es sólo que…mis amigas estrellas…esos no tan hermosos puntos de luz que exaltaban aún más mi belleza, no están aquí…y no contemplo mi reflejo.
El viento suspiró, haciendo que las copas de los árboles se movieran agitadamente y se formaran algunas olas que distorsionaron el reflejo de aquel inmenso cielo.
-Eres tan vanidosa, amiga Luna.
Con estas últimas palabras, el viento se alejó de su lado. Dejándola más sola de lo que estaba. Varias noches pasaron, los humanos se preguntaban donde estaba la luna.
Ella estaba escondida, no quería salir, sabía que sin sus amigas las estrellas, no valdría la pena que la vieran.
Noches oscuras, sin ninguna luz que iluminara para contemplar la inmensidad del cielo.
El océano extrañaba a la Luna, aquella Luna de la que estaba secretamente enamorado. Todas esas veces que ella se reflejaba en él, la contemplaba, admiraba su belleza, admiraba esos puntos de luz que la acompañaban, y para qué negarlo, sentía envidia de esas estrellas, ya que ellas estaban al lado de la Luna y el no estaba al lado de ella.
El océano fue el consuelo de aquella desconsolada Luna, la acompañaba en esos momentos de amarga soledad.
Una oscura noche, de aquellas que se habían vuelto costumbre para las criaturas terrestres y marinas, el viento miró a la triste luna y compadeciéndose de ella, sopló, alejando a las nubes y dejando al descubierto a las estrellas, que inmediatamente iluminaron el cielo.
Mas no era el brillo acostumbrado, era solo un brillo tenue.
Las estrellas estaban tristes, sentían que la Luna, su Luna, no las valoraba ni las amaba como ellas la amaban a ella.
La luna sonrió, mirando a las estrellas, sus estrellas, preguntándoles.
-Donde habían estado? Las he extrañado.
Una vieja y sabia estrella, que a pesar de sus años, aún seguía brillando intensamente, respondió:
-Cada noche, desde el principio de los tiempos, te hemos acompañado en la inmensidad del firmamento. Tú cada noche te contemplabas en las aguas del océano, contemplando tu belleza, mas nunca nos contemplaste a nosotras. Siendo nosotras, las que te hacemos mas bella de lo que ya eres.
La luna reflexionó sobre esto, dándose cuenta de que esa sabia estrella tenía razón. Les sonrió inmensamente, y les dijo a sus amigas estrellas:
-He aprendido mi lección. Estaba tan enfrascada en mí, que no me daba cuenta que ustedes son las más hermosas. Perdonarían a esta luna y la acompañarían a iluminar la tierra y el océano por el resto de nuestras vidas?
Las estrellas se alegraron y aceptaron en voces altas.
El viento, las nubes y el océano sonrieron, y se alegraron de este hecho. La luna al fin había aprendido que por el hecho de ser pequeñas, no significa que no sean hermosas.
Esa noche el cielo se iluminó como nunca antes, las estrellas y la luna brillaron con todo su esplendor, siendo reflejadas por el hermoso océano, aquel que, gustoso, lo reflejaba, contemplando a la luna y a las estrellas.
Eternamente enamorado de aquella Luna…
Arrancadora de suspiros, inspiración de poetas y regalo de los amantes y enamorados.
Eternamente enamorado de las estrellas…
Hermosas estrellas que hacían hermoso al cielo, que magnificaban la belleza de la Luna…
Su hermosa Luna…
Aquella Luna que se reflejaría en él, en un apasionado beso, por el resto de la eternidad.
Alissa Hawkind.




Holaaa =)
Se supone que esto es un blog personal, más no he puesto nada sobre mí xDDDD
Pero lo voy a hacer en este mismo momento =P
A ver, empecemos...
-Nombre Completo (Muggle xD): Francis Mariño (No pondré mi nombre completo porque es muy largo xDDD!)
-Nombre Mágico xD!: Fran Cullen Black.
-Apodos: Son miles... Mimi(así me dicen en mi casa xD), Fran(así me dicen en el insti y en todos lados xD), Paleta, Paleta de Frsa, Paleta Zombie, De Chocolate, Fresa etc xD!, Alissa ;)
Edad: 17, pronto 18, especificamente el 4 de Octubre (se aceptan regaloooos xD)
*Gustos:
-Musicales: De todo un poco...escucho cualquier cosa, excepto Cumbia, Vallenato y Regaeton (o como sea q se escriba)
-Comidas y Bebidas xD!: Pasticho, Pizza, Comida China, Pollo Frito *baba* Jugo de Naranja *mas baba* Jugo de Fresa *babababa* Jugo de Guayaba...etc xD
-Chicos: (?) JA! eso no lo pondré xD!!
-Literarios: Muchísimos... Me gusta Harry Potter, la saga de Crepúsculo, El Código Da Vinci, La Granja, Angeles y Demonios, 20 Poemas de amor y una canción desesperada, Cien años de soledad,etc etc...

*Miscelánea:
A ver, odio los hospitales y las agujas, les tengo fobia, lo mismo que a las arañas y a las cucarachas *susto*. Detesto decir mentiras, que me mientan y que hagan bromas a mi costa, que me engañen, traicionen, etc...Entre eso, muchas cosas más que de verdad no me gustan...
Entre las cosas que me gustan está los dulces xD!, abrazar y que me abracen, :mmm: xDDD! Entre otros.
Mi familia: Pues...sin comentarios porque orita andamos en unos momentos algo difícilitos..Adoro a mis abuelitas bellas y hermosas *.*, a mi papi, a mi mami y a todita mi family y extraño a mi tío bello que sé que desde allá arriba me observa y me cuida y a mi espectacular tía bella también.

Ahora la parte más importante...Mi Familia Cibernética *.*

Aunque no es mi familia cibernética, porque a pesar de que el mayor contacto que tenemos es por internet, los siento como si en verdad fueran mi family porque los amo como si fueran tales =D!Mis Espectaculares Sobris Anrre, Rossie y Did que los amo con todo mi bello corazón...Mi Arañita Filosofal a la que adoro a pesar de que me quiera comer (?) xDD!...Menxita linda... Super Abe que lo adoro muchíiiisimo *.*...Nuna...Crook que tengo años que no hablo con él pero igualito lo quiero...Lalita linda (mujer, tengo años sin saber de tí)...Manita Josefina (donde te metes?)...Dramiiiii sabes que te quiero =)...Jonathan, super super especial y maravilloso, de verdad que sí, y no digas q no lo eres v_v xD ya sabes que te adoro...
Y a todos toditos todos..Los Aaaaaaaaaaamooooooooo, siempre tendrán un espacio en mi corazoncito =')
Ay ya me puse nostálgica jeje....
Bueno, creo que eso ya es todo xD!...ahí si se les ocurre algo, pueden preguntarme ;)
Besos enormes y Abrazos apaxurradores.
Fran.
Esta imagen fué hecha por Dra..le diré que haga una de todos nosotros *.*
Alissa Hawkind.

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
A pesar de que la estés viendo allí desecha, mirándote con esos ojos que tú tanto amabas, que te llevaban directamente a las puertas de su alma, el alma más pura y hermosa que tu hayas visto jamás.

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
Porque aunque te estés deshaciendo por dentro y tu inexistente corazón se rompiera en pedacitos, tienes que dejarla, te convencías a ti mismo de que era por su bien.

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
Porque aunque tu "familia", principalmente tu "hermana" te rogó despedirse por última vez de ella, fuiste inflexible, dijiste:
"Una ruptura limpia es lo mejor, así a ella no le dolerá tanto" dijiste esas palabras acompañadas de una medio sonrisa, tu mente te decía eso, pero tu corazón, ese corazón que hace mas de 100 años que no latía, sentías como poco a poco se iba rompiendo, rompiendo ante lo inminente que se avecinaba.

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
Y allí estabas frente a ella, viendo como se derrumbaba y caía al suelo después de que tú habías pronunciado la más negra de las blasfemias:
"No te amo".
Allí tu corazón se desgarró completamente, no podías mantenerte en pie, pero tenias que hacerlo, para mantener esa mentira, y la miraste mientras ella te miraba, con las lagrimas bañando su rostro y tu sin poder ir hasta ella y secarlas:
"No me amas?"
"No"
Te miró a los ojos, sabias que ella estaba igual que tu, rota por dentro, callaste a tu corazón diciéndole que era lo mejor para ella, que desde que había estado cerca de ti solo estaba en peligro porque "tú eres el peligro".

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
Ella sacó fuerzas y trato de levantarse del suelo, hipando y con las lágrimas bañando su hermoso rostro de porcelana, pero su torpeza hacia acto de presencia y se tambaleó. No llegando a tocar el suelo porque tú, como acto reflejo y no queriendo que ella se hiciera más daño, mas del que tu le estabas causando, avanzaste y la tomaste entre tus brazos, ella te miró sorprendida y haciendo gestos de soltarla, ella no te dejó, y se agarró con toda su fuerza a las solapas de tu camisa, impidiendo que te alejaras.

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
"Bella" su nombre salió como un susurro de tus labios, y escuchaste como su corazón se aceleraba, adorabas eso.
Pero tu mente volvió a la carga y te volviste a convencer de que ella estaba mejor sin ti, te decías:
"No puedo estar con ella aunque me duela, no puedo ponerla en más peligro"
Pero una vocecita, la voz que suponías era de tu corazón, pero ni siquiera sabias de donde salía ya que tu no tenías corazón... los vampiros no tienen corazón.
"Y ella?, No se supone que la amas?"
"La amo pero..."
"Si la amaras no le causarías este sufrimiento!"
"Es lo mejor para ella"
"MENTIRA!"

El se estremeció y cayó al suelo de rodillas, sollozando con ella en sus brazos y musitando:
"No puedo hacerlo, no puedo, no puedo"
"Edward..."-dijo ella, acariciando con sus manos una de tus mejillas, cerraste tus ojos ante ese cálido contacto, y sentiste como tu corazón se regocijaba tan solo con ese simple gesto.
"Bella..."-dijiste, abriendo tus ojos y encontrándote con el rostro de la mujer más hermosa de este planeta...Bella, Tu Bella.
Ella te regalo una sonrisa y tu miraste esos labios, labios rojos que te llamaban a gritos... no aguantaste y los tomaste, la besaste dulcemente, un beso que transmitía lo que no se podía decir con palabras, pero ella quiso mas y para que negarlo, tu también. Cuando ella entreabrió sus labios, sentiste su cálido aliento, no pudiste resistirte y tu lengua se coló en su boca, creando con sus lenguas una danza en perfecta sincronía. Pero su necesidad de aire hizo que se separaran, ella tomó aire ruidosamente y tu sonreíste, notando como ella te miraba y el rubor subía a sus mejillas.
Se hizo un silencio, roto solamente por el sonido de los pájaros y el latir desaforado del corazón de Bella. Ella te miró y tu le devolviste la mirada, abrió su boca para hablar, pero tu pusiste un blanco dedo sobre sus rojos labios, impidiendo que un sonido saliera de ella, inhalaste aire, aunque no había necesidad de hacerlo, y dijiste:
"Quieres saber el porqué estuve a punto de...dejarte". Ella asintió, mirándote a los ojos.
"Sentía que yo no era lo mejor para ti, que estarías mejor con cualquier otro menos conmigo, cada momento que pasamos juntos representa un peligro para ti... y yo...soy peligroso, Bella, tienes que entenderlo"
"No".-dijo ella, mientras fruncía el entrecejo.
"No que...que no soy peligroso?"-le pregunto mientras la miraba pensativamente, deseando por milésima vez poder leer sus pensamientos.
"Tú me amas, Edward?"-contra preguntó ella.
"Sé que te dije que no te amaba....pero mentí, pronuncie la más negra de las blasfemias al decirte eso. Yo te amo, Isabella Swan"-dijiste mientras acariciabas su mejilla sonriendo, sonrisa que ella devolvió.
"Lo ves? por eso no me harías daño...confío en que no me harás daño…tú me amas"

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
Reflexiono las palabras de su amada y se dio cuenta, la ama y por eso no le haría daño ni dejaría que otros se lo hicieran, porque la amaba.
"Bella..."
"Te Amo Edward Cullen"
Tu corazón salto de alegría al escuchar esas palabras pronunciada por los labios de tu amada y sin poder controlarte volviste a apoderarte de sus labios.
Un beso que empezó como uno dulce, pero que poco a poco se iba saliendo de control, se besaban desesperadamente y siguieron así por unos minutos hasta que una vibración en los pantalones de Edward los saco de su burbuja, con un gruñido, se separo de los labios de Bella pero continuo abrazándola, se llevo una de sus manos hasta su bolsillo, saco el celular y al instante que lo atendió se oyó un grito:
"EDWARD!!!"
"Hola, Alice"
“Ay Edward acabo de tener una visión y estoy tan feliz!"
"Que vistes en tu visión, Alice?"-pregunto.
"Que no dejabas a Bella! Y los vi...."
"Nos vistes como, Alice?"
"Ups! creo que hable mas de la cuenta, nos vemos mañana Edward!"-dijo con su voz cantarina.
"Mañana? porque mañana?"- ya Alice había colgado.
Se guardo el celular con una expresión pensativa en su rostro.
"Quien era, Edward?".-pregunto ella.
"Alice."
"Y que quería?"
No le respondiste, y te levantaste alzándola en brazos, te acercaste rápidamente a su casa y subiste directamente a la habitación de Bella.
"No me has respondido, Edward. Que quería Alice?"
"Solo saber que estaba haciendo"

-Que pesada la verdad y ligera la mentira.
"No es cierto Edward. Te llamó para algo mas..."-dijo mirándolo y con el entrecejo fruncido.
"Eso no importa ya, mi amor. Lo importante es que estamos juntos y que nada ni nadie va a separarnos"
Te fijaste como una sonrisa se extendía por su rostro, miraste de nuevo sus labios rojos y carnosos que volvían a llamarte a gritos y no te hiciste de rogar. La besaste con amor y una pizca de pasión y desenfreno, ella acerco sus manos a tus mejillas y tu las fijaste firmemente en sus caderas, notaste como sus manos bajaron hasta tu cuello y se detenían en los botones de tu camisa, esta vez no la detuviste .Un clic resonó en tu mente y comprendiste las palabras de Alice...Si se verían mañana.

Porque es pesada la verdad y ligera la mentira, al final la verdad sale a flote y la mentira inevitablemente se hunde, dejando al descubierto la verdad. Una verdad que iluminaba, como la luna que cubría con su luz los cuerpos de dos amantes que se entregaban al amor por primera vez.
Descubriendo que la verdad de su amor, superaría todas las barreras.
Alissa Hawkind.



En la oscuridad de su habitación, frente a su computadora, deseó que lloviera.
Un trueno resonó a lo lejos e hizo que una sonrisa de alegría se asomara a sus labios,
alegría que no le llegó a los ojos.
Sus ojos estaban vacíos, sin vida desde que él la había dejado sola,iéndose para no volver.
Se despidió de quiénes estaba hablando,sin dar una razón en particular sólo diciendo que tenía que irse,
apagó la computadora y se cambió de ropa,mientras lo hacía unas pequeñas gotas resonaban en el techo de su casa,
se vistió mas rapidamente y salió al patio trasero, con regocijo se dio cuenta de que ya estaba lloviendo mas fuerte,
salió del cobijo del techo y las gotas de lluvia empezaron a mojarla,haciendo un recorrido por su cuerpo.
Miraba atentamente al cielo, casi sin parpadear, mientras las gotas recorrían su rostro y se deslizaban por sus mejillas.
Una de ellas se deslizo hasta sus labios, estaba salada,se tocó el rotro y se dio cuenta de que ya estaba llorando.
Aún con la cabeza alzada cerró los ojos y dejó que las lágrimas fluyeran libremente, lágrimas amargas de tristeza y soledad.
Sintió como le fallaban las piernas y se dejó caer, bajó la cabeza y empezó a sollozar, dejando que todo fluyera libremente.
No supo por cuanto tiempo estuvo allí, el tiempo se había detenido, para ella ya no existía nada más...
La lluvia seguía cayendo, sin detenerse, llovía cada vez más fuerte, pero a ella no le importaba, sólo le importaba que estaba allí,
sacando al fin todo lo que sentía, quería gritar, más no podía porque su garganta estaba seca, así que dejó que las lágrimas siguieran cayendo.
...
Al fin había parado de llover, pero ella seguía allí, en el mismo lugar que estaba cuando la lluvia comenzó a caer, no podía levantarse,
se sentía sin fuerzas...
Estaba allí, cuando lo escuchó.
Cerró los ojos y sonrió, no quiso levantar el rostro, por miedo a que cuando lo hiciera ya no estuviera allí.
Volvió a escuchar su voz, su maravillosa voz pronunciando su nombre.
"Mírame...", dijo, más no lo hizo.
Sintió cuando se acercó, con su mano alzó su barbilla, pero ella tenía los ojos cerrados, algunas lágrimas rebeldes se asomaron a sus ojos, lágrimas que el secó con su pulgar, con su otra mano acarició la mejilla de ella, inclinó su rostro disfrutando de la suave caricia.
Se asombró de lo lejos que pudo llegar su imaginación, preguntándose que pasaría si abriera sus ojos...
Sin pensarlo más lo hizo, y lo que vio la dejó sin respiración, él no había cambiado en nada, su cabello, sus mejillas, sus ojos, sus labios, su boca...
Otra lagrima se escapó pero no llegó muy lejos, la atrapó y esbozó un sonrisa..su sonrisa, la que hacía que su corazón latiera desbocado, y le sonreía a ella, solo a ella.
Volvió a cerrar sus ojos, preparándose para lo que venía después de que los abriera, sabía que su imaginación no llegaba tan lejos y que después de que los abriera el ya no iba a estar allí y ella quedaría de nuevo sola...
"Porque cierras los ojos?? No quiers verme?? Entenderé si quieres que me vaya..."
"No!", dijo ella, presa de un ataque de pánico.
"Entonces..."
"Es sólo que tengo miedo..."
"De mí?"
"No...miedo de que cuando abra los ojos,tú ya no estés aquí, que te hayas ido...otra vez..."
"No tengas miedo, no volveré a irme...estaré aquí para tí...siempre."
Ella sonrió y ya no sintió miedo, escuchar su voz tranquilizadora diciendo esas palabras hizo que se sintiera segura, abrió los ojos...
Y allí estaba él...
El causante de tantas risas, sonrisas tontas y momentos interminables de felicidad.
El mismo causante de la tristeza y la desolación que la había embargado después que la dejó.
Miró sus ojos...esos ojos que la atrapaban y la sumergían en un mundo donde la tristeza no existía.
Ambos sonrieron, él se acercó más a ella, rozó sus labios y sintió como su corazón latía desbocado.
No podrías entender lo que ellos sentían en ese momento.
Para él, ella era su ángel.
Para ella, él era su todo.
Y ahora ellos iban a estar juntos.
Por siempre.
Acaso existía algo más magnífico que ser besado por un ángel?

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Hola! Buenos dias, tardes o Noches xD! Decidí empezar este nuevo espacio en blogger con las cosas que escribo aparte de Locomotion, esta no es una de las primeras cosas que escribo, de hecho lo primero que escribi fue mi version de HP7, aunke no lo he terminado llevo como un año en eso es q con esto de Locomotion todo lo q se me ocurre es para Loco.. Bueno, ya me extendí mucho...Para aclarar, esto lo escribí hace un tiempito, cuando me sentía excepcionalmente triste, está basado en Ed y Bells(Twilight) pero tambn en algo q me paso q ya lo supere! wii! eso creo jeje..

Bueno, espero les haya gustado, aunke aki tambn iran cosas que me pasan y eso, será como mi blog personal.

Los Amo!

Fran Cullen Black! ♥